Mensaje a los Profesores y Estudiantes
29 de febrero de 2016
Traducido por Rigoberto Vega
T.K Chiba: OK, estoy listo.
Esta cinta es para la posteridad. ¿Cuál es el mensaje más esencial, tal vez más importante, que usted tiene que decir, no sólo para sus antiguos alumnos y los alumnos actuales, sino también a los futuros estudiantes? ¿Cuál es la cosa más importante que le gustaría que cualquiera de nosotros les dijera acerca de su Aikido y sus enseñanzas?
T.K Chiba: Bueno, ya sabes que he estado pensando en ello durante bastante tiempo… Lo que significa entrar en la jubilación. Y lo estoy mordiendo, masticando y tratando de digerirlo. Pero yo no sé lo que significa ser… Todavía estoy perdido en esa noción de jubilado. Creo que, con el tiempo, se convertirá en un proceso natural… Así que no estoy preocupado por eso. Pero estoy un poco, un poco perdido.
Mi mensaje a los aikidokas futuros o actuales practicantes… Es que mantengan su Shoshin. Shoshin es mente de principiante. Shoshin es, si se me permite decirlo, la mente limpia. La mente libre de conceptos. Cada vez que se llega al tatami, no necesariamente en el tatami, digo en el tatami porque es en ahí donde nuestro entrenamiento se expresa. Por eso digo tatami. Usted debe aclarar su propia motivación, directo desde su interior. Aclarar, purificar. Sentarse allí y esperar la instrucción con la mente limpia. Eso tiene que hacerlo de forma continua a lo largo de su vida en el Aikido. Cualquiera sea el rango que pueda alcanzar, en realidad no hay diferencia. Siempre ir a lo profundo de su corazón y comprobar su Shoshin todo el tiempo. Esa es una palabra que me gusta: Shoshin.
Sensei, ¿podría hablar un poco acerca del proceso… Hemos hablado de ello antes, de los niveles de conciencia y estar presente, de modo que la gente pueda tener una idea sobre el camino de la mente de principiante. Como usted me ha dicho, para aclarar el trabajo de las bases. ¿Podría hablarnos un poco más sobre eso? Acerca de alcanzar Shoshin o recuperarlo.
T.K. Chiba: Bueno, todo tiene que ser orientado hacia arriba desde Shoshin y lo que sostiene, por debajo, es una base sólida de Shoshin. Es una especie de historia de amor. Comprometerse de esa manera con la disciplina a lo largo de su vida. Es de hecho una historia de amor. Se puede convertir en odio, ira, frustración. Igual que una relación con un ser humano. Igual que un hombre con una mujer. Pero hay ahí una fuerte noción de afecto. Eso es lo que quiero que ustedes tengan siempre presente.
Aikido es, en esencia, muy frágil. Puede ser olvidado, puede ser destruido, se puede diluir por la ignorancia y la autocomplacencia.
Tengo un mensaje, especialmente para los profesores. Nosotros los profesores tenemos que tomar precauciones, medidas, para preservar nuestro arte con mucho cuidado. Aikido es un arte, no tiene ningún medio para protegerse. Debe ser cuidado. Eso es lo que quiero decir con ser cariñoso. Eso es lo que quiero decir con relación amorosa. Para cuidar de este frágil arte, tan sensible, que requiere protección. Eso es lo que pienso.
Recuerdo que cuando habla de su historia de amor con el Aikido, usted habla de ella como de una princesa. Esa es una buena manera de decirlo. La historia de una princesa. Y eso es realmente algo que realmente ha impresionado… Especialmente a los profesores de más edad, que conocen bien esa historia. Como Mike Flynn. Él entendió cuando hablamos de eso. ¿Puede describir esa relación? ¿O es demasiado personal?
No. no… Eso llena mi corazón, es el centro de mis sentimientos respecto al Aikido. Eso es lo que me mantuvo como Aikidoka. Ya sabes, cuando yo era joven, dieciocho… Me enamoré de una princesa. Y así fue como empezó mi historia de amor. Ella estaba fuera de mi alcance. No tenía forma de llegar a ella, para expresarle mis sentimientos. O acercarme. O incluso para mantenerla. Tomarla… para hacerla mía, para mi satisfacción. No había forma. Ella estaba muy lejos, detrás de una suave seda. Ella era la princesa de mi vida. Así que decidí a ser… me propuse en mi interior… Bueno, ella era inalcanzable para mí. Pero mi amor era puro y para siempre. Así que decidí ser el capitán de su guardia real y protegerla. Eso es lo que he hecho los últimos 50 años. He estado viviendo mi propio romance y llevando a cabo mi misión de ser capitán de la guardia real de mi princesa.
Y, una vez, hace mucho tiempo realmente, mientras enseñaba en un campamento de verano en Gran Bretaña, después de la bebida, después del vino, le conté esta historia a mis estudiantes más antiguos y poco a poco la historia comenzó a esparcirse… Fue muy dinámico… Siendo el capitán de la Guardia Real… Tenía que ser muy obediente al guía y al sistema, a la estructura y así sucesivamente. Pero no lo era. Yo era un mal capitán… Me rebelé contra la autoridad muchas veces… Me fui y regresé. Pero ella nunca se alejó de mi corazón. Ella todavía está allí. Eso es todo. Eso es lo que significa, cuando digo que el Aikido no tiene sus propios medios para protegerse. Es frágil, noble. Sensible. Precioso. Debe ser protegido y yo soy el capitán de esta tropa.
Usted ha entrenado a muchos soldados. Muchos, un montón a través de todo el mundo.
Sí, lo sé. Y siento que el mayor privilegio de mi carrera profesional como Aikidoka, es haber conocido a tanta gente valiosa. Por supuesto, eso tiene algo que ver con el poder del Aikido. Entrené judo, hice Karate, practique kyudo. He entrenado Iaido y así, pero nunca he conocido a personas tan valiosas como las que he encontrado en la comunidad del Aikido. Y estoy muy orgulloso de eso. Y es ese valor en si, en realidad, gran parte de su protección. Ya sabes que mi intención siempre es cómo mantener ese valor, para proporcionarle una protección natural a este frágil, sensible y noble arte del aikido. Gracias.